En muchos otros países ya se han creado leyes que regulan las partidas, los lugares en los que se puede practicar, quiénes pueden adquirir una réplica... Sin embargo, aquí en España el reglamento es, en el mejor de los casos, muy escaso. Las normas que existen practicamente se limitan a prohibir la venta de estas réplicas a menores de 16 años. Es decir, que no es ni legal, ni ilegal, pero que al tener una réplica se nos puede complicar: su transporte, las condiciones en las que la usamos, e incluso los accesorios (empuñaduras, miras de precisión, láseres, linternas...) nos puede meter en un aprieto o dar lugar a malentendidos.
En un deporte que suma ya miles de seguidores en todo el país se hace más que necesario un reglamento estrictamente estipulado que concrete todas las normas del juego: quién puede jugar, dónde, qué condiciones hay que cumplir para tener una réplica, cómo la podemos transportar, etc. Algunas de las opciones que más lógicas nos han parecido son las siguientes.
-Que cualquier persona pueda jugar siempre que lleve la protección adecuada (unas gafas apropiadas). Los menores de edad deberían poder jugar si tienen la autorización de su tutor legal.
-Que se pueda realizar en campos autorizados y en los que se señalice el peligro de entrar en él para personas ajenas a la actividad que no lleven las protecciones adecuadas, tanto campos CQB como al aire libre. Lo más lógico sería que los campos fuesen propiedad de alguno de los miembros de la partida.
-Para tener una réplica lo más coherente sería tener la mayoría de edad cumplida, pero también algún tipo de documento que certifique que el comprador de la réplica está en su sano juicio, y que lo más probable es que no intente cometer ninguna fechoría con la réplica, ya que su parecido al arma original es increiblemente bueno. Sería práctico registrar a todas las personas que adquiriesen una réplica en un registro nacional.
-En cuanto al transporte, lo mejor sería copiar lo que han hecho otros países. Llevar la réplica sin el cargador y con el seguro puesto, por si hubiese alguna bolita en la recámara. La batería también debe estar extraída en caso de que la tuviese. La réplica debe ir en una caja cerrada que acredite que es un juguete y no un arma real. En otro paquete debemos llevar los cargadores sin mución, la batería con su cargador y las botellas o bolsas con la munición.
Con este artículo queremos mostrar nuestro apoyo a todos los airsofters de España y aportar nuestro granito de arena en esa petción de una legalidad definitiva de nuestro hobby-deporte. Un saludo a todos vosotros y a seguir luchando por un reglamento práctico y útil.
Réplica de airsoft. En este caso un G36 modelo K del fabricante japonés Marui, famoso por su gran relación calidad-precio.
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